Todos
en alguna etapa de la vida necesitamos del otro para sobrevivir. Éramos
indefensos y sin cuidados hubiésemos muerto. Pero llega un momento en que
podemos pararnos en nuestros pies, sostener el equilibrio y caminar. Esa etapa
en la que muchas veces andaban detrás de nosotros por miedo a que nos
accidentáramos, nos pudo haber cortado la interrelación con el medio ambiente y
forjarse una fobia, o bien volvernos dependientes, pero como niños usualmente nos
dejábamos atraer por la aventura.
Poco
a poco las situaciones vividas y los mensajes (introyectos) recibidos nos van
llenando de hierro, se forja una armadura y vivimos desde ella hacia afuera. Es
decir que sin protección nos negamos a afrontar la vida y es justamente aquí
donde comienza la dependencia. Ser dependientes significa necesitar un sostén,
no tiene nada que ver con vincularnos, o intimar con otros. Es necesitar una
muleta mental y hasta emocional.
Cual
o qué es tu armadura? Tus padres? Tu pareja? Alguna sustancia? Y esta armadura
curiosamente no sólo nos protege del peligro que desde nuestra vivencia y
visión hay, sino que también llegamos a esperar la ultima palabra del otro;
cayendo en la ausencia de conciencia y responsabilidad. Si esa figura de poder
no está con nosotros, si no nos dice que hacer, entramos en peligro. El miedo
hace encender alarmas y la ansiedad aumenta o bien la tristeza. De ahí que
muchos dependientes (emocionales o a sustancias) sufran conductas demandantes;
celos, control, violencia, manipulación entre otros.
Pero
la dependencia también tiene su contra parte. Por un lado está ese miedo a ser indefensos,
necesitando otro que nos apadrine. A la vez que por el otro existe un vacío
afectivo. Ya sea que te criaras bajo la sobre protección o en la negligencia.
Basta con que tu carencia afectiva y miedo a la soledad sean más fuertes que
tus capacidades de tomar decisiones, abrirte al mundo y experimentar sin
depender de otro o de algo para afrontar la vida. Tu vida.
Independencia
puede ser una palabra dura, juzgadora y es que vista así incluso se torna el
opuesto al tema conversado. Pero ser independiente no significa ser auto
suficiente, sino tener la libertad de emprender tus decisiones, metas y deseos
sin esperar la aprobación de otros o bien sin colocarte con una sustancia para
llenarte de valor por ejemplo. Ser independiente vamos a cambiarla por ser emprendedor,
resciliente.
Para
cerrar, les comparto una cita de Fritz Perls que dice así:
“el
niño puede evolucionar y sobreponerse a la frustración o estar mimado” entendamos
que frustración es sinónimo de crisis y de estas, es que surge lo mejor de nosotros.
Aprendemos al adquirir experiencia y sobretodo, nos volvemos responsables. En
el caso de ser mimado, Perls nos dice que: “Esta situación pueden producirla
los padres, atendiendo todas las peticiones de su retoño, hasta tal punto que
se le facilita todo lo que pide, bien sea porque papá no lo tenía cuando era
pequeño o porque son incapaces de privarlo de nada.” El mimar demasiado, es un
caldo de cultivo óptimo para evitar hacernos responsables de nuestras vidas;
todo nos fue dado sin esfuerzo y así lo exigimos al mundo. Perls continua
diciendo que “Al faltarle las frustraciones, no ha llegado a sentir necesidades
ni se ha visto obligado a movilizar sus propios recursos de realización
personal. Si está acostumbrado a contar con los demás antes de contar consigo
mismo, el niño corre el riesgo de manipular a todos los que le rodean y
apoyarse en los demás, en vez de hacerlo en sí mismo. El proceso de maduración
consiste en confiar en las facultades intrínsecas” (cita textual tomada de: Ejercicios y técnicas creativas en Gestalterapia
pp. 87-88)
Tomar
la decisión de abrir las alas y volar, requiere de conciencia plena, como
también de valor. Empieza tomando conciencia de ti mismo, quien eres y que
deseas. Luego toma conciencia del mundo externo y verás como el llenarte de
seguridad sana y libertad, te sacan del espacio de la dependencia.
Copyright, todos los derechos reservados. © 2017 Mariela Saravia, Loto Azul.
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