El prefijo: “Auto” es propio o mío. Así
que la “Autoestima” es “Mi amor propio” y aquí se relacionan: el auto–concepto,
autoimagen y autoeficacia.
Es entonces un sentimiento de valor
propio, de nuestro ser, de nuestra manera de ser, de quienes somos. Es nuestra
esencia más pura. La autoestima no es heredada, tampoco innata, es meramente
ambiental lo cuál quiere decir que: “Se aprende” así que si tienes problemas de
autoestima, este es tu momento para poder mejorarla.
La autoestima va más allá del
simple hecho de decir: “Sí claro… yo me quiero mucho” o “Sí, soy profesional,
soy famoso y tengo muchos bienes materiales” la autoestima depende de cómo te
encuentres en tu vida y en el mundo. Es la responsable de muchos fracasos o
éxitos en nuestra vida, ya que una autoestima adecuada acompañada de un auto–concepto
positivo de ti mismo, de una buena autoimagen y de la autoeficacia, hará que puedas
desarrollar todas tus habilidades de la mejor manera y por ende aumentará tu
seguridad personal. Pero una autoestima baja será un reflejo de derrota y
fracaso en casi todas las áreas de tu vida. Pues ese reflejo de derrota y fracaso
(autoimagen), es lo que tu esencia envía al universo y a los demás. Así que no
te extrañes por qué recibes a cambio algo distinto a lo que pides, deseas y
necesitas. Porque si sabes que eres un ser humano único, especial, irrepetible
y que ante los ojos de un ser superior eres perfecto, puedes estar confiado de
que mereces siempre lo mejor. Esto tampoco quiere decir que vas a vivir afanado
pidiendo como si el Universo o “Dios” fuera el genio de la lámpara mágica.
Origen de la baja autoestima
Si bien la familia es el primer
núcleo social al que todos nos enfrentamos de niños, es también el foco de
nuestra autoestima (amor, confianza y seguridad personal). En muchas familias,
los padres y las madres además de muchos maestros y cuidadores, son los que más
humillan, desprecian, se burlan o se ríen del niño (a) en crecimiento. Muchos
lo hacen cuando este les pide ayuda, cuando expresa su tristeza y frustración,
cuando tiene un pequeño accidente, cuando busca refugio seguro bajo las faldas
de un adulto. En muchos casos los
adultos poseen problemas de autoestima y sin querer (otras veces adrede),
lastiman al niño (a) o les hacen ver que el amor es condicionado “Mira, te has portado muy mal, mamita ya no
te quiere. Eres una niña desobediente ya papá no te quiere. ¿Eres tonto o te
haces? He explicado la clase cinco veces y no entiendes, así nadie podrá
amarte.” Esas son citas que muchos
hemos oído y recibido a lo largo de nuestra vida, lo cuál nos condiciona a no
ser merecedores de amor. Los malos tratos y las humillaciones que reciben de
niños, hacen que de adultos el maltrato se transmita a personas más
vulnerables, igual que lo hicieron sus padres con ellos.
La culpa y las humillaciones
condicionan tu merecimiento al amor y al no merecer amor te castigas, si te
castigas te culpas y si te culpas es porque “no sirves para nada”, entonces
resuelves todo con: el suicidio, o las adicciones.
Si recuerdas, las emociones se
reprimen por orden moral y social; en el caso de la autoestima se reprimen también por mandatos y
humillaciones de los cuidadores y padres, quienes te humillaron de pequeño por
ejemplo: “Madura quieres… deja ya de
llorar como un bebé” esos mandatos quedan guardados en la memoria de cada
uno de nosotros y se manifiestan en la adultez como una película de terror
siempre presente y todavía vigente.
Lo que hacían sus malos tratos era no
solo asustarte sino también hacerte sentir culpable e intimidado. Creciste
atormentándote con pensamientos y sentimientos de culpa, de inferioridad y de
represión de sentimientos. Temías y
temes comunicar y compartir con alguien lo sientes y piensas por no ser
criticado, desaprobado llegando así a soportar el dolor, tú dolor en silencio.
Los mandatos que marcan tu espíritu
·
No seas: (no
existas), es el peor de todos porque anula toda posibilidad de vida, dando paso
a la autoagresión, al rechazo y a la culpa por haber nacido.
·
No sientas: prohíbe la
expresión de emociones abiertas (de nuevo volvemos a la represión de
emociones). Los padres nunca mostraron sus emociones, lo que lleva a sus hijos,
a sustituir sus emociones por corazas. (recuerdas las corazas del primer tomo)
·
No pienses: Son padres
críticos, descalificadores ante el pensamiento, las elecciones y las preguntas
de sus hijos. Esto crea individuos prejuiciosos y depresivos.
·
No crezcas: Padres sobre
protectores, que mantienen al individuo, en completa dependencia. Lo que se
crea, es un adulto temeroso con poca o escasa confianza en sí mismo; “mutilado
emocionalmente”
·
Crece rápido: Son padres
sobre–exigentes, donde el individuo, adopta un rol perfeccionista, de auto
exigencia y frustración.
·
No seas tú
mismo: son padres poco conformes con su hijo, quieren anular
su esencia y sustituirla por la que ellos quieren.
·
No disfrutes: Padres que
prohíben el placer antes de cualquier obligación, de nuevo, surgen individuos
con una personalidad perfeccionista, de auto exigencia y frustración.
·
Quédate solo: son esos
padres, que demuestran el amor como “condicionado”, si haces y te portas bien,
recibes amor, si no, no vale. El individuo, crece con la idea de que no es
digno para el amor.
Estos mandatos son grabados en la
memoria con suma rapidez pues el cerebro guarda todo aquello que es movido por
una emoción fuerte. Desde la infancia empiezas a “aprender” erróneamente que
“no sirves, que no eres bueno, que no debes…” y surgen en la adultez como
problemas de baja autoestima. Por eso es
tan importante que aprendas a reconocer esos mandatos, que abras tu espíritu a
la conciencia y así puedas anular el poder que esas “ideas
erróneas y mandatos” ejercen en tu vida para que ya no te sigan lastimando, ni
deteniendo en el crecimiento como persona.
“Cuando aprendes a amarte es cuando logras verte al
espejo sin prejuicios y eres capaz ver tu alma en lugar de aquel cuerpo carnal
que tanto te atormenta. Recuerda que lo que reflejas es lo que en realidad
eres…” Mariela Saravia
En la segunda parte vamos a tomar una
conferencia de Osho para continuar con este tema. Bendiciones!!!
Copyright, todos los derechos reservados. © 2017 Mariela Saravia, Loto Azul.
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